martes, 28 de febrero de 2012

El oro de los escitas, la Táuride y otras obras de arte dignas de admiración



Pendientes con colgantes con forma de paloma (s. II a.C.)
      La exposición temporal El Hermitage en El Prado (desde el 8 de noviembre de 2011 hasta el 25 de marzo de 2012) permite ver en Madrid  más de 170 obras procedentes de las amplias colecciones del Museo fundado por Pedro I el Grande en la ciudad que él mismo había fundado, San Petersburgo














             De las diversas secciones que componen la muestra, deseo destacar la tercera, en la que se exhiben bellísimos objetos de adorno y joyas de oro de los escitas nómadas de Eurasia (broches de cinturón, torques, brazaletes...), pertenecientes a la Colección Siberiana de Pedro I y fechables entre los siglos V y III a.C.,  y joyas y objetos preciosos de la colección de orfebrería griega (pendientes, anillos, brazaletes, diademas, collares, alfileres...) que han aparecido en cámaras funerarias (kurganes) de miembros de la alta nobleza local en la costa norte del Mar Negro, la región antiguamente conocida por la tierra de los tauros (Crimea), el -para los griegos- remoto lugar en que Eurípides situó el reencuentro de Orestes con su hermana Ifigenía, a la que se creía sacrificada por Agamenón antes de la partida a Troya.



Peine con escena de batalla (siglos V-IV a.C.)




Un monstruo ataca a un caballo (ss. IV-III a.C.)











        Un colgante encontrado en el túmulo de Kul-Oba, cerca de Panticapea, la antigua capital del reino del Bósforo, conserva la que se cree es  la copia más antigua conservada de  la que debió ser estatua de culto del Partenón, la Atenea Parthénos (Virgen), obra de Fidias.




Colgante con la cabeza de Atenea Parthénos (s. IV a.C.)

       Además en la exposición puede verse también otro tipo de obras de distintas épocas y estilos relacionadas con la Antigüedad, y muy especialmente la mitología clásica: el Filoctetes de A. Lombardo (1510), el Fauno de Baccio Bandinelli (1540-1549), un espectacular Surtout de table de P.P. Thomire con motivos báquicos y dionisíacos (fines del siglo XVIII-principios del XIX), Perseo y Andrómeda de A. R. Mengs (1778), El beso de la Esfinge de F. Von Stuck (1895) y Primavera eterna (originariamente Cupido y Psique) de Rodin (1906).

A. Lombardo, Filoctetes




Mengs, Perseo y Andrómeda



F. von Stuck, El beso de la Esfinge (1895)






Rodin, Primavera eterna








jueves, 23 de febrero de 2012

Ponga un Fauno en su vida (Mitología en el Parque del Retiro)

            Siendo asidua visitante del madrileño Parque del Retiro desde mi más tierna infancia, fascinada por el Estanque y sus voraces carpas, los puentes colgantes del Jardín Japonés o la laberíntica Rosaleda en primavera, junto a los árboles enanos del Parterre, algún pavo real suelto por los jardines de Cecilio Rodríguez, y los monos y los osos de  la Casa de Fieras, y, más recientemente, las ardillas y numerosos practicantes de diversas artes orientales diseminados un poco por todas partes,  no había reparado en la enorme cantidad de monumentos que alberga relacionados con la mitología (no sólo grecolatina, aunque ésta sea la mejor representada) y el mundo clásico en general. Recurrir a ellos reporta ventajas obvias: todo lo ennoblecen con su presencia los majestuosos dioses, los seres que mezclan en su naturaleza lo humano y lo animal, un caduceo aquí y allá y, cómo no, un peplo o una toga bien puestos, como el que vemos en la fotografía de una madre que acerca agradecida su hijo (con un desnudo también heroico) al pediatra a quien está dedicado el monumento.

Monumento a Tolosa Latour


          En algunas obras es imposible no reparar, por su tamaño o por el lugar que ocupan, y las he reunido, en compañía de otras más modestas, en Mitología en el Parque del Retiro, que puede ser útil para  una visita temática. Pero quiero destacar ahora la que he erigido en mi favorita: el  Faunito de La Rosaleda, que, subido en su fuente y con cara de sesudo filósofo, da la espalda a un Cupido alado muy previsible. Cuántos años han tenido que pasar hasta encontrarme, cual griega de la época helenística, en disposición de preferir una pequeña obra dedicada a un personaje menor, a las estatuas grandiosas de las con frecuencia -y justificadamente- irritadas diosas Juno y Diana (Hera y Ártemis, entre los griegos).


Fuente del Fauno

        ¿Y por qué digo lo de "ponga un Fauno en su vida"?  ¿Acaso porque apruebo la naturaleza lasciva que al fauno, escrito con minúscula, adjudica el Diccionario de la Real Academia Española? No. Reivindico para él su consideración originaria, la de un dios bienhechor,  qui fauet, de donde vendría su nombre, protector sobre todo de pastores y rebaños, a la manera del griego Pan, cuyo festival se realizaba en las aldeas. También fue divinidad oracular.
           El culto a Fauno en Roma se localizaba, según P. Grimal, en el monte Palatino o en sus alrededores, pero con el tiempo fue perdiendo su carácter divino y acabó incluso convertido en hijo, según algunos, de Circe y Júpiter, y en  rey del Lacio, mucho antes de la llegada de Eneas huyendo de la caída de Troya y, naturalmente, de la fundación de Roma por parte de Rómulo.
           Fauno dio su nombre a unos seres campestres equivalentes a los sátiros griegos, por ser también mitad hombres y mitad machos cabríos, con cuernos y pezuñas. De ahí la primera acepción de "fauno" en el Diccionario de la RAE.

P.S. Otra novedad en el Retiro son los candados que como muestra de amor ("gracias" a la moda internacionalizada por los seguidores de F. Moccia) brillan en la lira de una de las sirenas del Estanque.  Como dijo Cicerón: o tempora, o mores!


Sirena portadora de los "candados Moccia"

domingo, 19 de febrero de 2012

Tiermes II. vista básica de la ciudad- Contubernia Gregoriana

   El yacimiento de Tiermes se asienta en un cerro, y los restos están distribuidos en sus tres terrazas y la llanura meridional. Es posible visitar la ciudad hispanorromana (con sus numerosas construcciones públicas y privadas), la necrópolis rupestre (junto al río Manzanares y próxima a la necrópolis celtibérica de Carratiermes, con más de cuarenta enterramientos excavados en la roca, de los siglos IX al XI) y la necrópolis medieval (en torno a la ermita de Nuestra Señora de Tiermes, con doscientas tumbas de varios tipos, de finales del siglo XI hasta el XV, y dos tumbas sobre la calzada romana de los siglos VI-VII).

          La ciudad hispanorromana estuvo amurallada por tres de sus lados, no siendo necesario fortificarla por su lado occidental. La muralla es de mediados del siglo III, pero sus cimientos se superponen a construcciones de los siglos I y II. Tiermes tuvo tres accesos: la Puerta del Sol, la Puerta del Oeste y la Puerta Norte.



          Un recorrido básico de la visita, tras recorrer el Museo, incluye al menos:
 Puerta del Sol , una entrada lateral a la ciudad con orientación sureste y una anchura de 2.50 metros, que ha perdido casi todo el pavimento original, pero conserva la huella de las ruedas de los carros que transitaban por ella.

Puerta del Sol

Graderío rupestre, tallado directamente en la arenisca y con forma irregular, situado junto a la Puerta del Sol . Su uso es muy discutido, pero pudo servir para acoger actividades públicas de distintos tipos (lúdicas, religiosas o mercantiles), a la manera de un campus latino.

Graderío rupestre

Termas del Sur, con caldario, frigidario y suelos de mosaico en varios lugares.

Al fondo, restos de la Termas del Sur

Casas rupestres del Sur (primera mitad del siglo I d.C.), que aprovechan la pared de roca  arenisca para apoyar toda la estructura con orientación al sur, con tabiques de mampostería. Tenían dos plantas y sótano.
Casas de Taracena

Casa del Acueducto, enorme mansión privada que ocupaba una insula completa, con 1.800 metros cuadrados y treinta y cinco habitaciones. La delimitan cuatro calles excavadas en la roca arenisca y está orientada a mediodía.

Casa del Acueducto



Calle junto a la Casa del Acueducto




Acueducto, una importante obra pública que traía agua desde el manantial del río Pedro. Existen tramos hoy al descubierto y es posible visitar un tramo de galería subterránea del canal sur, con cuatro registros, cuya misión era permitir el acceso al interior de los operarios para limpiar el lecho por donde corrían las aguas.
Registro del canal de mediodía del acueducto


Canal del acueducto


Castellum Aquae, depósito terminal del acueducto para la distribución del agua a la ciudad, situado en la segunda terraza del yacimiento.


Tiendas (tabernae), junto al Castellum Aquae y en la zona del Foro, que forman parte del Macellum (mercado). El tamaño aproximado de cada una es de en torno a3x4 metros.


Tiendas de la zona del mercado junto al Foro

Puerta del Oeste, excavada en la roca arenisca, con rampa de notable pendiente y accesible únicamente para transeúntes, ya que tiene un escalón inferior muy elevado.




Posible cávea de teatro en el sector noroccidental, excavada en la roca, con escaso aforo.


Posible Teatro



Cómo llegar a Tiermes.

viernes, 17 de febrero de 2012

¿Minotauro en Carnaval?

La posible noticia mitológica de la semana en Madrid es la participación en el Gran Desfile de Carnaval  del sábado 18 de febrero, a partir de las 19.30 horas, de la Compañía Carros de Foc con su espectáculo La leyenda del Minotauro. A juzgar por las noticias publicadas en el programa oficial y en la web, no está muy claro que la estrella protagonista tenga cabeza o cuerpo de ser humano (es "un enorme toro que va moviendo sus cuatro patas conforme avanza, mientras otro mecanismo activa el movimiento de su astada cabeza y eleva a nuestro imponente protagonista a cinco metros de altura"), y va acompañado "por su ejército de guerreros mitológicos". En el blog de la compañía lo denominan Toro Viriato.



Este año el Carnaval madrileño se inspira en los bestiarios medievales, con sus seres mitad-hombre y mitad-bestia. A alguien se le ha  debido de ocurrir que no podía faltar, aunque de medieval no tenga nada, su antecedente más preclaro en la mitología antigua : el astado hijo de Pasífae.

miércoles, 15 de febrero de 2012

Tiermes I: "La Petra de Occidente"- Contubernia Gregoriana


           El yacimiento celtibérico-romano de Tiermes (Termes) está situado en el término municipal de Montejo de Tiermes, al suroeste de la provincia de Soria. 



Casas de Taracena y Termas romanas



         Los primeros testimonios escritos sobre la ciudad datan del año 143 d.C., cuando el historiador Apiano indica que era un importante núcleo arévaco. Los escritores clásicos comentan la dureza del clima y del medio físico de la Celtiberia Ulterior, cubierta de montes, bosques y llanuras con suelo pobre y desigualmente regado. La economía de Tiermes debía, pues, de basarse en la agricultura (cereales) y la ganadería (ovejas, carneros, caballos, asnos, mulos…), además de la caza (jabalíes y ciervos).


           Antes de la llegada de los romanos, Tiermes era una ciudad celtibérica. Sus restos más antiguos son los de la necrópolis que empezó a utilizarse a finales del siglo VI a.C. y continuó empleándose hasta el siglo III a.C., con tumbas con forma de hoyo excavado en tierra en las que se introducía la urna con las cenizas del difunto y su ajuar, cubriéndose luego todo con piedras. Se han encontrado ajuares masculinos y femeninos, y cerámica realizada a mano o a torno.
           Tiermes fue ciudad aliada de Numancia en la época de las guerras contra los romanos, y resistió hasta ser sometida a principios del siglo I a.C. por el cónsul Tito Didio, quien obligó a sus moradores a abandonar el recinto amurallado y bajar al llano. Más tarde, Tiermes pasó a formar parte del convento jurídico de Clunia (ljunto a la actual Coruña del Conde, Burgos) y sus edificios públicos y su infraestructura fueron reformados.
          Durante la época imperial romana, Tiermes fue un importante foco de romanización de la zona gracias a su posición estratégica, en la ruta entre Caesaraugusta (Zaragoza), hacia el noroeste, y Segontia (Sigüenza) y Segovia hacia el sur.


  
           La ciudad fue perdiendo importancia a partir del siglo III d.C. hasta quedar convertida en una aldea en la Edad Media. Del siglo XII es la ermita románica de Santa María de Tiermes (con planta de una nave con ábside semicircular y galería exterior porticada). La necrópolis que se encuentra junto a la ermita estuvo en uso entre los siglos VI y XV.  En el siglo XVI, Tiermes se despobló completamente.


Capitel con centauro de Santa María de Tiermes



          Es característica de Tiermes su arquitectura rupestre, con casas excavadas en la roca arenisca, y que ha motivado que algunos la llamen “la Petra de Occidente”, por su similitud con la célebre ciudad situada en la actual Jordania. Los restos mejor conservados corresponden a época romana, con viviendas de dos y más pisos. La arenisca sirvió de apoyo a muros de mampostería y adobe, y de soporte en el graderío existente junto a la Puerta del Sol, en dos arterias del acueducto, en las dos puertas de entrada a la ciudad y en restos de una posible cávea de teatro ubicada en la zona norte.




Casas de Taracena



Fuente bibliográfica: J.L. Argente Oliver y A. Díaz Díaz, Tiermes. Guía del yacimiento arqueológico y museo, Soria 1988.

Existe también una Guía breve para visitar Tiermes, edición 2009 en pdf, realizada por Santiago Martínez Caballero y Arturo Ignacio Aldecoa Ruiz.

martes, 14 de febrero de 2012

Amor loco

Amor, invencible en el combate,
Amor, que sobre tus posesiones te abates,
que en las blandas mejillas
de una joven pernoctas,
y vienes y vas sobre el mar
y en los establos campestres.
De ti ninguno de los inmortales puede escapar
ni de los hombres efímeros,
y aquél del que te apoderas enloquece.





     Estos versos de Antígona de Sófocles (781-790) son mi contribución al día en que muchos están pensando en el amor, aunque sólo sea  a causa de los anuncios publicitarios que estimulan al consumo aprovechando la festividad del  romano Valentín, de quien se decía que casaba parejas en secreto o que escribía cartas amorosas para quien no sabía hacerlo.

Eros- Villa de Silin (Libia)

    También van con ellos mi recuerdo al profesor que el día 29 de este mes del bisiesto 2012 cumpliría años, y nos descubrió que es ironía trágica creer que lo que el coro canta en este estásimo es verdaderamente un "himno al Amor". Volver a escucharle, aunque sea en el entonces inexistente mp3,  me hace sentirme como debían de sentirse quienes en tiempos escuchaban boquiabiertos a los aedos ...

Fuente de Cupido- La Rosaleda (Parque del Retiro-Madrid)
 

Un peculiar coro



(Por cierto, en estos días, y hasta el 19 de febrero, está en cartel en Madrid la propuesta de Isidro Timón y Emilio del Valle para "actualizar" la obra de Sófocles, La Antígona del siglo XXI, estrenada en el último Festival de Mérida).

viernes, 3 de febrero de 2012

Esa herida ni tú te la curas, Quirón


     En el monte Pelión, en Tesalia, vivía Quirón, hijo de Crono y de Fílira, una de sus sobrinas (de acuerdo con las fuentes que la consideran hija de Océano, el mayor de los Titanes). Era un centauro, mitad hombre y mitad caballo, porque Crono había adoptado la forma de este animal para unirse a Fílira, pero a diferencia de los otros centauros, seres salvajes nacidos de la unión de Ixión con un simulacro de la diosa Hera (atentado contra la hospitalidad que Zeus le había ofrecido y que hizo a Ixión merecedor de un severo castigo en el Tártaro), Quirón es sabio y benévolo, y por ello se convierte en preceptor de  héroes tan célebres como Aquiles, Jasón o  Asclepio. Les enseñaba música y medicina, además de las artes de la caza y de la guerra. Era también un buen cirujano, como demostró al sustituir un hueso del pie de  Aquiles (que Tetis había quemado intentando hacerle inmortal) por otro proveniente del esqueleto de  un gigante,  excelente corredor mientras vivía, Dámiso, de forma que el “rápido de pies, divino Aquiles” debía a Quirón su extraordinaria velocidad.


 Peleo, rey de Ptía (Tesalia) y padre de Aquiles, y Quirón eran amigos desde que éste último le salvó la vida cuando en cierta ocasión, encontrándose desarmado, se vio rodeado de centauros que querían matarle. Más adelante, Quirón le aconsejó lo que debía hacer para conseguir su objetivo de convertirse en esposo de Tetis. Ella era una divinidad a la que Zeus pretendía, pero tuvo que renunciar a ella al saber que Tetis engendraría un hijo más poderoso que su padre (y Zeus temía que un hijo fuera a hacerle lo mismo que él a Crono, su padre, y Crono, a su vez, a Urano: arrebatarle el poder). Por eso, o por negarse a mantener relaciones con Zeus por respeto a Hera, Tetis se vio obligada a contraer un matrimonio que consideraba denigrante. Como divinidad marina que era, Tetis podía cambiar de forma, y para sustraerse al abrazo de Peleo se metamorfoseó en fuego, agua, viento, árbol, pájaro, tigre, león, serpiente y jibia, pero Peleo, siguiendo las indicaciones de Quirón, la sujetó sin soltarla hasta que ella tuvo que ceder y reconvertirse en fémina.

Bodas de Tetis y Peleo


Luego les fueron naciendo hijos, a los que la diosa intentaba hacer inmortales, sin conseguirlo. Morían en el transcurso del ritual que practicaba para eliminar su parte mortal. Aquiles se salvó porque Peleo llegó a tiempo de sacarle del fuego, pero la pareja acabó separándose y por eso Quirón fue el encargado de educar al joven héroe.

Peleo, Aquiles y Quirón



   Los conocimientos de medicina le serían muy útiles a Aquiles para, por ejemplo, curar al herido Patroclo.

Aquiles curando a Patroclo

    Quirón fue también preceptor de Jasón, hijo del rey Esón, cuando Pelias le destronó y el niño tuvo que salir de su ciudad, Yolco. Más adelante, el joven regresaría vestido con una piel de pantera y una sola sandalia a su ciudad, para reclamar el trono que le correspondía.

    En cuanto a Asclepio, hijo de Apolo y de una madre mortal (Corónide, o Arsínoe), fue tan buen aprendiz de médico de Quirón que llegó al extremo de resucitar muertos empleando la sangre que brotaba de la vena del lado derecho de la cabeza decapitada de Medusa y que le había dado Atenea. Cuando ya llevaba unos cuantos resucitados, Zeus se enfadó  y lo mató con un rayo, para que no pareciera que  Asclepio era un dios, provocando la ira de Apolo, que se vengó dando muerte a los Cíclopes que habían fabricado el rayo para Zeus. Hijos de Asclepio, y por tanto, discípulos lejanos de Quirón, son Podalirio y Macaón, médicos destacados que ejercen sus artes en La Ilíada, así como, según la tradición, Hipócrates, el padre de la medicina científica.

Asclepio, Quirón y Apolo



    Quirón había nacido inmortal, pero cuando Heracles lo hirió involuntariamente con una flecha untada con el veneno o la sangre de la Hidra de Lerna en el transcurso de una pelea con los centauros en tierras del centauro Folo,  le produjo una llaga incurable en la zona del pie, de manera que Quirón prefirió dar a Prometeo su inmortalidad a cambio de la posibilidad de morir y librarse del sufrimiento.

    Existe un proverbio antiguo (Zen. Par. VI 46): "Llaga de Quirón", que algunas fuentes explican como referido a las heridas incurables, pero es posible que en su origen se aplicase más bien a una herida  de tal  calibre que requeriría la intervención de un médico tan excepcional como Quirón.