viernes, 14 de febrero de 2014

¿No amaba tanto Odiseo a su Penélope?

Las cosas a veces no son lo que parecen.

Después de llevar convencidos tantísimo tiempo de que Odiseo en realidad amaba a su esposa (aunque de vez en cuando pareciera olvidársele su existencia) y de que estaba muy seguro de lo que hacía al rechazar el ofrecimiento de Calipso de convertirle en inmortal a cambio de quedarse con ella en Ogigia y renunciar a volver a su patria junto a la fiel Penélope, hemos tenido conocimiento de una carta que echa por tierra nuestras creencias. Y el que la ha filtrado es un tal Luciano, que asegura haber visitado la luna en barco, residido en el interior de una ballena, zampado a placer en una isla de queso y vivido a cuerpo de rey durante seis meses y medio en la Isla de los Bienaventurados, allá, en el otro mundo, por gentileza del cretense Radamantis.

Así reza la misiva que Odiseo le ha entregado en secreto, a escondidas de Penélope, para que se la lleve a Calipso a Ogigia:

“Odiseo saluda a Calipso. 

Sabrás que, después de alejarme de ti en la balsa que me había fabricado, me encontré con un naufragio del que me salvé a duras penas gracias a Leucótea y fui a parar al país de los feacios, los cuales me enviaron a mi patria, donde encontré a muchos pretendientes de mi mujer juergueándose en mi palacio. Los maté a todos y más tarde fue Telégono, el hijo que tuve con Circe, quien me mató y ahora estoy en la isla de los Bienaventurados arrepintiéndome mucho de haber abandonado la vida que tenía a tu lado y la inmortalidad que me ofrecías, pero en cuanto encuentre ocasión, me fugaré y llegaré hasta ti.”


Sólo faltaría que Calipso aún recuerde a su antiguo amante y esté dispuesta a recibirle con los brazos abiertos... Aunque así Penélope podría escoger con mejor criterio entre los muchísismos pretendientes que tuvo en el palacio a alguno que le gustara, y recuperar los años perdidos teje que teje...

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Luciano, Relatos Verídicos II 35 (traducción de Carlos García Gual, Alianza Editorial 1998)

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