domingo, 1 de mayo de 2016

Calipatira, una madre que se salió con la suya

          Hoy que se celebra el Día de la Madre, quiero dar todo el protagonismo a Calipatira, una de mis griegas preferidas, puesto que, según Pausanias 5, 6. 7-8,  se atrevió a desafiar las normas establecidas y poner en riesgo su propia vida por compartir con su hijo Pisírrodo un día inigualable para él: el de su victoria en los Juegos Olímpicos de 404 a.C., pese a estar prohibido el acceso de las mujeres (al menos las casadas) al santuario y penada la violación de estra prohibición con la muerte por despeñamiento desde los barrancos del cercano monte Tipeo.

     
     Nuestra Calipatira (según Pausanias había quien la llamaba Ferenice)  era hija de Diágoras de Rodas, uno de los más grandes atletas de la antigüedad, vencedor en el boxeo en los Juegos Olímpicos de 464 a.C., peridodonica y vencedor en otros muchísimos lugares, y hermana de tres atletas: dos de ellos lograron en 448 a.C. en Olimpia la victoria en un mismo día -Acusilao en el boxeo y Damageto en el pancracio- y para celebrarlo llevaron a su padre, Diágoras, a hombros mientras los griegos le arrojaban flores y lo felicitaban por sus hijos (Pausanias 7, 3; por cierto que Damageto ya había vencido allí en 452 a.C.). El tercer hermano era Dorieo, vencedor en el  pancracio en tres Juegos Olímpicos seguidos, 432, 428 y 424 a.C, y periodonica, como su abuelo. Además de Pisírrodo, hubo otro gran atleta en la familia,  Eucles, vencedor en el pancracio en 404 A.C. Las fuentes no dejan claro si Calipatira y Ferenice eran la misma persona o dos hijas de Diágoras, y, por ejemplo, W. Decker (Antike Spitzensportler, Hildesheim, 2014, 85-88), considera a Pisírrodo hijo de Ferenice y a Eucles de Calipatira. 

Acusilao y Damageto con su padre a hombros


      Para nosotros no es ahora tan importante establecer el árbol genealógico de tan luchadora familia como acompañar en nuestra imaginación a la viuda Calipatira vestida como un entrenador, con un manto largo,  llevando a su hijo a luchar. Cuando él vence, llena de entusiasmo al intentar saltar la barrera tras la que estaban situados los entrenadores se le engancha la ropa y queda en evidencia su condición de mujer (entonces no se empleaba ropa interior que tapara las partes pudendas).  No se la castigó por consideración a las victorias olímpicas de su padre, hermanos e hijo, pero se promulgó una ley para que en adelante también entrasen desnudos en el estadio  los entrenadores, no sólo los atletas.

       Diágoras de Rodas se llaman en la actualidad al aeropuerto de su isla natal, el estadio y el club de fútbol.


     Pero Calipatira da su nombre nombre a la Asociación Atlética Panhelénica Femenina.


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